Al finalizar 2017 finalizó el plazo para que las comunidades de propietarios cumplieran con los requisitos de accesibilidad recogidos en el RDL de 2015, que exigía el cumplimiento íntegro de la Ley General de Derechos de las Personas con Discapacidad y de su inclusión social. Esta ley ha propiciado realizar las reformas pertinentes para llevar a otro nivel de accesibilidad a cualquier edificio.
No obstante, un estudio realizado por la Fundación Mutua de Propietarios pone de manifiesto que tan solo el 0,6% de las casi 10 millones de viviendas en España son universalmente accesibles.
En AG4, señalamos esta problemática exponiendo algunas claves para que vuestro edificio sea verdaderamente accesible.
Con frecuencia, suele pensarse en el ascensor de un edificio como elemento de accesibilidad obviando el resto de puntos que intervienen en la vida diaria de cualquier vecino y que en el caso de que existan problemas de movilidad, por ejemplo, pueden convertirse en un verdadero suplicio.
Como se recoge en un estudio elaborado por la Fundación Mutua de Propietarios en conjunto con la Cátedra Unesco de la Vivienda de la Universidad Rovira i Virgili, hasta un 63% de los inmuebles no son accesibles de la calle al portal, un 28% no disponen de rampa y el 22% no tiene instalado un ascensor.
Pero como comentábamos anteriormente, el ascensor no es el único elemento de accesibilidad de un edificio. Junto a los escalones de zonas comunes, deben existir rampas elevadoras para facilitar el uso y disfrute de la comunidad de cualquier tipo de individuo sea cual sea su condición física o mental. Otro punto a destacar serían las escaleras, que deben permitir el paso de dos personas a la vez y equipadas en todo su recorrido con barandillas de apoyo.
Por otra parte, normalmente elementos como interruptores de la luz, buzones o teléfonos automáticos suelen encontrarse en zonas demasiadas elevadas. Además de esto, se convierte en prioridad para disponer de un edificio realmente accesible que exista una buena iluminación en las zonas comunes siempre que una persona transite por estas.
Por último, no olvidamos una zona común que ocupa los peores estados de acondicionamiento en cuanto a accesibilidad como son los garajes. Además de aplicar todos los consejos anteriores, se hace indispensable ofrecer plazas adaptas a aquellos propietarios de movilidad reducida.